jueves, 19 de mayo de 2016

Buenas Obras, una Gracia de Dios (5)

Escribí anteriormente que las buenas obras que hagamos no pueden ser meritorias para alcanzar la salvación de Dios, pues estas son en sí mismas aquella salvación. Son gracia de Dios, quien hace las buenas obras en nosotros.

Confesamos que la salvación de Dios es solo por su gracia, gratuita e incondicional, sin merecerla. Esa salvación llega a nosotros por medio de Cristo Jesús, testificado en las Sagradas Escrituras, y mediante nuestra fe en Él. Así insistían los reformadores, que las obras no son camino a la salvación, sino que son frutos de la salvación y que son obras de agradecimiento.

Agradecimiento... que linda palabra. ¡Si estás agradecido, es por que has recibido gracia! ¿Agradecido o agraciado? ¿O estar agradecido es la misma gracia? Estar agradecido significa reconocer a alguien o lo que éste a hecho, e implica una actitud de reciprocidad. Entonces, si hemos de estar agradecidos con Dios por dar su vida por nosotros, entregaremos nuestra vida entera a Dios. Aquella entrega completa, aquella relación de plena confianza reconciliadora, es la fe.

Salvación, gracia, fe, obras... ¿dónde empieza una y termina la otra?

La verdad es que Dios no quiere nuestras buenas obras, si no son parte de nuestra relación de agradecimiento con Él, si no son parte de nuestra fe. Así mismo, la salvación de Dios no son las buenas obras, sino la fe que se caracteriza por aquellas buenas obras. Pues la fe no es solo creer en Dios, sino que es creerle a Dios, que nos llama a seguirle y cumplir sus mandamientos.

La fe no es aferrarse a doctrinas e ideas "correctas" sobre Dios, sino que la fe es aferrarse a Él y seguirle. La fe es ser discípulo de Cristo y todo lo que implica aquella divina relación, haciendo propia su misión y su compromiso con la justicia.

La salvación es que conozcamos a Dios y a quien envió, en quien restaurará y reconciliará a toda la creación. La salvación de Dios es la fe... la fe es la misma gracia de Dios actuando a través de nosotros con amor y buenas obras.

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