jueves, 12 de mayo de 2016

Buenas Obras, una Gracia de Dios (2)

Relacionar la salvación de Dios principalmente con el destino del alma inmortal luego de la muerte, ha sido una de las falencias más nocivas en la historia de la Iglesia.

La salvación de Dios es integral, teniendo en mente a toda su creación que espera ansiosa por la restauración y reconciliación de todas las cosas en Cristo Jesús. Dios no viene a salvarnos de la supuesta tortura eterna en el "infierno" (ni podríamos nosotros llegar por nuestra cuenta a Dios y al "cielo"), sino que Dios viene a solucionar los problemas que destruyen nuestro mundo y que son producto del pecado original que quebró las relaciones de amor con Dios y sus criaturas.

La solución a todos estos problemas no es una solución escapista, en la que dejemos el mundo terreno atrás para vivir como "almas" en un más allá etéreo y desentendido del sufrimiento material. Dios es todo menos escapista. En Jesucristo vino al mundo a vivir y padecer junto a nosotros por amor e interviene constantemente a favor de la justicia, con la que está comprometido. Así mismo esperamos que vuelva para reinar plenamente y destituya todos nuestros reinos corruptos y termine con la opresión de la que somos responsables.

En aquel reino se da de comer a los hambrientos, de vestir a los desnudos, se libera a los esclavos y presos, se da vista a los ciegos, se enjugan las lágrimas, son resucitados los muertos y las armas se convierten en herramientas de trabajo. En aquel reino el cabrito descansa junto al leopardo, el león come paja junto al buey y son apacentados por niños, que juegan junto a las serpientes.

Mientras que esperamos ese día de salvación plena, el Espíritu de Dios nos da comunión con todos sus hijos y nos guía haciendo obras de amor y justicia a través de nosotros, llenos de alabanzas, para que de alguna forma podamos gozar ya del reino de Dios que viene, mediante la fe en Cristo Jesús.

Es imposible que las buenas obras sean meritorias para alcanzar la salvación... pues estas son en sí mismas la salvación que anhelamos, anticipos y señales de la salvación que vivirá el mundo entero en el día del juicio y la resurrección.


Lecturas Recomendadas
Rom.8:22; Isaías 11:6-8; Lucas 4:14-19

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