Fuente: http://sepade.cl/web/?p=3133
La declaración del ex conscripto Fernando Guzmán, que permitió la reapertura de la investigación judicial del caso de los jóvenes quemados en Julio de 1986, generó expectativas de que otras personas, que poseen valiosa información sobre las violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, se decidan también a romper el llamado “pacto de silencio”. Pero también ha motivado un proceso de revisión histórica acerca de la reacción de diversos actores públicos frente a esta emblemática acción represiva.
Hasta ahora, los recuentos realizados por diversos medios de comunicación no han incluido referencias a las iglesias evangélicas. Para contar con una memoria histórica más exhaustiva, es importante reparar dicha omisión, puesto que el crimen en contra de Rodrigo Rojas Denegri y Carmen Gloria Quintana motivó lo que tal vez pueda calificarse como la “acción profética” más significativa de la historia de las iglesias evangélicas en Chile.
En efecto, la misma tarde del funeral de Rodrigo se reunieron autoridades de las iglesias chilenas miembros del Consejo Mundial de Iglesias y de la Confraternidad Cristiana de Iglesias, acordando convocar para el mes de Agosto de 1986 una “Campaña de Oración por la Vida, la Paz y la Reconciliación en Chile”.
Durante ese mes, en iglesias locales y en encuentros entre distintas iglesias, se efectuaron actividades de reflexión y oración por las víctimas de las violaciones de derechos humanos, por las personas “de corazón duro” responsables de tales violaciones, por la situación de los pobres, por las organizaciones que defendían la vida, y por la recuperación de la salud de Carmen Gloria Quintana. Paralelamente, en consulta con las autoridades de las iglesias participantes, se trabajaba en la redacción de una “Carta Abierta al General Augusto Pinochet”.
Al mediodía del 29 de Agosto se celebró, en la Primera Iglesia Metodista de Santiago, el culto de clausura de la Campaña de Oración y la firma de la Carta Abierta, al tiempo que toda la concurrencia elevaba velas encendidas como signo de esperanza. Con la presencia de los padres de Carmen Gloria se clamó a Dios por su recuperación, y se hizo entrega de una ofrenda solidaria.
Terminado el Culto, un grupo importante de la congregación reunida acompañó la entrega de la Carta Abierta en la “Oficina de Partes” de La Moneda, luego de lo cual se recitó tres veces “a voz en cuello”, como se hace en la tradicional predicación callejera, el texto de Juan 8:32, “y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Cuando Carabineros comenzó a dispersar el grupo, los y las asistentes se retiraron cantando el tradicional himno evangélico “Firmes y adelante”.
En síntesis, la extensa carta contenía un urgente llamado a terminar con la represión, a investigar y juzgar las violaciones a los derechos humanos, a responder a las demandas sociales de los sectores populares, y a abrir los canales para un retorno pacífico a la democracia.
Los acontecimientos que hemos narrado brevemente fueron recogidos en un amplio reportaje de la revista Análisis de la semana del 2 al 8 de Septiembre de 1986, con el título “Evangélicos: Separando aguas con Pinochet”. Pero esa edición fue retirada de circulación pública en el contexto del Estado de Sitio declarado tras el atentado contra Pinochet. No obstante, la revista Mensaje publicó el texto completo de la Carta Abierta. Un registro evangélico de los hechos se encuentra en la revista Evangelio y Sociedad N° 4, del 1987, disponible en línea en http://www.sendas.cl/detalle-de-contenido/?id=1556.
Hoy, 29 años después de la primera “Campaña de Oración por la Vida, la Paz y la Reconciliación en Chile”, puede afirmarse que al menos los ex conscriptos Fernando Guzmán y Pedro Franco Rivas han entendido que “la verdad nos hará libres”; mientras que la entereza, autoestima y espíritu constructivo de lucha que ha manifestado Carmen Gloria Quintana en sus recientes apariciones públicas, es un motivo poderoso para dar gracias a Dios por haber escuchado las oraciones en favor de su recuperación.
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