jueves, 9 de diciembre de 2010

Luteranos y católicos denuncian el abandono y maltrato carcelario

Un voraz incendio se registró en la madrugada de ayer en la cárcel de San Miguel, en el piso cuarto de la torre 5 norte y sur, ubicada al sur del gran Santiago donde perecieron 83 reos mientras más de una decena se encuentran con quemaduras que comprometen sus vías respiratoria. Los heridos se encuentran repartidos en los diferentes centros asistenciales de la capital. Muy pronto los familiares se agolparon a las puertas de la cárcel para saber información de sus familiares y buscando una explicación de lo sucedido.


Esta tragedia pone en el tapete el problema que se vive dentro de los recintos carcelarios, especialmente con la sobrepoblación de internos y las precarias medidas de seguridad. El mandatario chileno, Sebastián Piñera, confirmó las condiciones de vida de los delincuentes y dijo que lo sucedido “demuestra que la situación penitenciaria en nuestro país no resiste más”.

Esta es una cárcel que tenía una capacidad para 1.100 presos y habitaban más de 1.900 reos. La cantidad de presos en los penales del país alcanza el 70%- según cifras entregadas por el propio gobierno en boca del ministro de Justicia, Felipe Bulnes, el 26 de julio de este año-, sin embargo, la realidad es otra, porque casi todas las prisiones tienen sobrepoblación; existen algunas que tienen más de un 200 por ciento de su capacidad. El hacinamiento se aprecia en todas las prisiones del país.
La tragedia debe hacer meditar a las autoridades de gobierno para que designen más recursos para construir cárceles y evitar la sobre población,dando condiciones de vida digna.

El arzobispo de Santiago Cardenal Francisco Javier Errázuriz, visitó ayer a la tarde por espacio de una hora el recinto carcelario. Conversó con algunos sobrevivientes de la torre 5 donde se originó el incendio.

El Arzobispo requirió antecedentes del proceso de identificación de los fallecidos y luego estuvo con los reos que se salvaron, los que “estaban muy impresionados y consideraban que era por la providencia divina el que se habían salvado”, señaló. Habló, además, con el resto de la población penal manifestando su pesar “y también que hoy, día de la Inmaculada, en todos los santuarios se está rezando por ellos y se les está acompañando a ellos y a sus familiares”, según informó el departamento de comunicaciones del arzobispado.

Además manifestó que “la sociedad durante mucho tiempo se olvidó de este problema y recién este año, con ocasión del Bicentenario, se puso en primer plano”. Indicó que los mismos reos le manifestaron “que este penal ya debiera haber sido evacuado hace un tiempo atrás”.

La Pastora Presidenta de la Iglesia Evangélica Luterana en Chile (IELCH) Dra. Gloria Rojas también expresó su dolor e impotencia ante la tragedia: "Es increíble escuchar que no se pudieron abrir los "candados" por el calor de las llamas, es por ello el tan alto deceso. De uno y otro lado vienen los descargos y las condenas, pero lo que sí es válido de reconocer, es que en el ámbito carcelario se vive una existencia infrahumana y con sistemas arcaicos" afirmó. Rogó mantener en oración a las y los familiares de estos hijos de Dios, hermanos nuestros, "y con nuestras reflexiones y compromisos propender a la vida digna de quienes están privados de libertad-en su justa y necesaria medida-pero que no deben estar exentos de derechos”.

Por otra parte, el pastor Carlos Caamaño de la IELCH -comunidad San Pablo, expresó: "Más allá de las causas, lamentamos la pérdida de seres humanos; no los catalogamos bajo ninguna palabra cargada de estigmatización. Eran hijos del Creador, hechos a imagen y semejanza, como todos nosotros y nosotras. Este lamentable sucede sólo da cuenta de la manera indigna en que viven tantos compatriotas. Todos ellos y ellas viven un infierno en esta tierra. Censuramos a todo aquel y aquella que piense que tales personas se lo merecen porque son delincuentes; no olviden los y las tales que Jesús murió como un delincuente. En nuestra nación donde la justicia se vende al mejor postor, ¿quién puede realmente decir que algún día no estaría alojado en una cárcel, llevando el mote de delincuente?“

Héctor Carrillo
Santiago, jueves, 9 de diciembre de 2010

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